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Desarrollan probiótico de diseño para enfermedades inflamatorias intestinales

Utilizando técnica de edición genética, dos biólogos argentinos trabajaron sobre una levadura modificada con capacidad de secretar una molécula antiinflamatoria.

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Dos biólogos argentinos, Sergio Peisajovich y Francisco Quintana, presentaron su desarrollo, por la técnica de edición genética CRISPR, de un probiótico que podría beneficiar a personas con enfermedades inflamatorias intestinales. El probiótico es una levadura que fue modificada para que pueda detectar cuando hay inflamación y luego “aplacarla”. El estudio preclínico fue publicado en la revista especializada Nature Medicine.

Durante la experimentación, el grupo de investigadores incluyó una proteína humana en la levadura que sirve para que detecte la inflamación en el intestino. Además, añadieron una proteína vegetal que es útil para desactivar la inflamación. “El probiótico de diseño podría llegar a ser parte del nuevo paradigma de la medicina personalizada”, dijo Peisajovich.

Quintana explicó que “es una levadura cuidadosamente diseñada que puede desactivar la inflamación, revertir el daño y restaurar el equilibrio. Tomamos la levadura y, a través de la tecnología de edición genética, le dimos la capacidad de detectar la inflamación y secretar una molécula antiinflamatoria”.

La levadura modificada puede segregar diferentes niveles de la proteína antiinflamatoria, dependiendo de la cantidad de señal inflamatoria presente en un lugar del intestino. Esto significa que el probiótico puede tener una respuesta muy localizada a la inflamación. Al menos en ratones, la levadura modificada suprimió con éxito la inflamación intestinal, redujo la fibrosis y restauró un microbioma intestinal equilibrado.

“La levadura de diseño actúa como un fármaco activo que se ajusta en función del organismo de cada persona. Si el intestino no está inflamado, el probiótico no hace nada. Si hay inflamación, libera un antiinflamatorio. De esta manera, en el futuro podría haber una herramienta que responde a las necesidades diarias del paciente”, afirmó el doctor Peisajovich.

La investigación forma parte de una plataforma que llaman “Y-bots”, que significa “robots de levadura”. Los biólogos tienen previsto perfeccionar y probar las levaduras modificadas para ver si pueden acelerar la reparación de los tejidos. Además de las enfermedades inflamatorias intestinales, el equipo se pondrá a investigar el uso de probióticos modificados para tratar un efecto secundario común de la inmunoterapia contra el cáncer: la inflamación intestinal.

En años anteriores, el doctor Quintana había llevado a cabo otros trabajos que aportaron más pistas para comprender la conexión entre el intestino y las enfermedades que afectan al cerebro. Por esto, estiman que las levaduras modificadas podrían servir también para el tratamiento de enfermedades neurológicas, una hipótesis que se encuentran evaluando. Tendrán que llevar adelante ensayos clínicos con el probiótico de diseño con voluntarios para evaluar eficacia y seguridad, entre otros parámetros. “Queremos utilizar las herramientas de la biología sintética para diseñar lo que se puede encontrar en la naturaleza”, dijo Quintana y agregó que “el objetivo es crear medicamentos personalizados, localizados y altamente controlados para tratar enfermedades del intestino y otros trastornos”.

Para hacer el trabajo, contaron con financiamiento de los Institutos Nacionales de la Salud, la Sociedad Nacional de la Esclerosis Múltiple, la Alianza Internacional de la Esclerosis Múltiple Progresiva, y el Consejo de Investigación en Ciencias Naturales e Ingeniería de Canadá. Quintana y cuatro coautores presentaron una patente para el uso de la levadura modificada para tratar la inflamación.

Fuente: Infobae

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